El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

XLII (30/09/07) Potosí, BO

Potosí, Bolivia
¡Ay, los domingos, que sosingos! Hay muy poca gente por la calle. Los que estàn, aùn bien endomingados. Algunos turistas que ves aquì, luego allí, luego cuando vas a comer, a cenar, al mercado o a una iglesia. El sol es alegre e ilumina los coloridos edificios coloniales. En comparación con la inmaculada Sucre, Potosí es un arco iris desordenado.
Paseamos sin rumbo, sin pretensiones turísticas, como domingueros potosinos. Vemos, por fuera, la Casa de la Moneda -el mejor museo de Bolivia según cuentan-, la Torre de la Compañía, la iglesia de Santo Domingo o el Convento de Santa Teresa. Entramos en la iglesia de San Lorenzo y disfrutamos mucho con su fachada labrada en piedra en estilo barroco mestizo (motivos florales, algún busto aindiado y unas silfides también indias con las teticas fuera). También entramos en el Mercado Central: un edificio cuidado, por fuera, que está compuestos por callejuelas interiores llenas de puestos temáticamente ordenados.
Después de comer Ana empieza a sentirse bastante mal: dolor intenso de cabeza, revoltura de estomago y sinusitis. Se mete en la cama y trata de descansar un poco. Yo aprovecho para leer, que no son tantos los momentos libres.
-Luis, suplente de la narradora oficial, que estaba pochinga-

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