El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

XLVI (04/10/07) Uyuni, BO

Uyuni, Bolivia

TOUR AL SALAR DE UYUNI
A las 9 comienza nuestra ruta. El equipo está formado por un 4x4 con tres filas de asientos, un conductor-guía boliviano, una cocinera también boliviana, una pareja australiana y nosotros. Subimos las mochilas a lo alto del jeep y nos ponemos en marcha.
El paisaje es montañoso, con laderas rojas y naranjas que esconden muchos minerales, sobre todo mucho oro. Incluso Raimundo, nuestro chófer, en época de lluvias se acerca hasta aquí a recoger oro en los ríos que forma el agua. También vemos muchas llamas. Son tan bonitas... una mezcla entre cabra y camello. Cuando pasamos con el jeep todas levantan la cabeza y nos miran curiosas. Raimundo dice que son muy inteligentes porque a las seis de la mañana se van solitas a pastar y cuando ya comieron, se vuelven juntas a su corral. No necesitan pastor que las guíe. Y además, amontonan sus excrementos y no los dejan esparcidos por ahí.
Fueron ocho horas de recorrido, incluyendo la parada que hicimos para comer. Por cierto, comimos tamales de carne de llama (una masa de maíz, rellena de carne seca y desmenuzada, envuelta en hojas también de maíz).
A las cinco llegamos a San Antonio, un pueblo pequeño, pequeño; más pequeño de lo que nunca hubiéramos imaginado. Nuestra habitación es muy "básica", como bien dijo la de la agencia, y en ella dormimos los australianos y nosotros. Este pueblo está a 4200 metros y, para variar, yo soy la única que nota el mal de altura de manera desproporcionada (¿será la fuerza de mi mente?).
Raimundo nos prepara una infusión de una hierba extraña (que vive a 6000 metros) y se llama Pupusa. Hace que todos nos sintamos mejor, sobre todo yo.
Mari Sol, la cocinera, nos hizo una cena como en casa. Sopa de verduras y carne con puré de papa. Todo excelente. Como postre, otra infusión de pupusa y prácticas de inglés con nuestros compañeros.
-Ana-

Casi sin palabras

Saliendo de Tupiza, montañas ricas en oro, cactus y churquis (árboles espinosos enanos)

Al fondo, lecho pedregoso. Después de una gran lluvia, no tarda más de 30 minutos en volver a secarse. Casi todos los ríos que nos encontramos en esta zona son así.

Llama peluda y con las típicas cintas de colores que indican quién es su propietario.

Rebaños de llamas. Comimos junto a ellas. Es una extensión amplia, entre las montañas, que los locales llaman "Ona Pampa". Aquí las mujeres se arrodillan a tejer "a las ganaditas".

Anita junto a una típica casa de adobe roja, en un pueblito llamado Cecillos. Junto a las casas humildes, instalaciones de placas solares. Los niños entran y salen de la escuela o de las casas para pedirnos dinero, hasta en inglés.

Mujer con su típico atuendo paseando por encima del pueblo, dejando pasar el tiempo hasta acabar una tarde más.


-Luis-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya me parecía a mi que el mal de altura que sufre Ana tenía que deberse a su tremenda fuerza mental. En fin...ya lo decía yo.

Las llamas son bien,bien bonitas. Jolín: NO OS LAS COMAIS!!!!