El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

CXLVIII (17/01/08) Buenos Aires, AR

Buenos Aires, Argentina
Después de Uruguay tenemos cinco días para seguir con el recorrido de barrios que empezamos hace un tiempo en Buenos Aires. Así que, después de desayunar, dirigimos nuestros pasos a La Boca, uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad. El autobús nos dejó en pleno corazón del barrio, que es de origen italiano y que está situado en la boca del Riachuelo, en el puerto (de ahí su nombre). Paseamos por las únicas dos calles donde perduran las casas hechas de láminas metálicas y pintadas de colores diversos. Son unas viviendas muy originales y sobretodo muy alegres, pero difícilmente apreciables por la cantidad de turistas que rondan la zona. Abundan los restaurantes, las galerías de artesanías y las tiendas de regalos. Todo muy adecuado a las necesidades del turista. Eché de menos la vida diaria del barrio, la esencia del lugar. Visitamos un museo de grabado donde nos explicaron el proceso de fabricación artesano del papel. Tuvimos dos interesantes charlas con dos artistas de más de setenta años que pasaban el rato en la galería.
Caminamos por el paseo del puerto hasta el antiguo puente del trasbordador. Es una estructura metálica que conecta los dos lados del río y que permite el paso de vehículos de uno al otro gracias a una especie de teleférico sustentado por cables. Ya no está en funcionamiento.
Regresamos al hostal y después de descansar un rato nos fuimos a Puerto Madero, una zona antiguamente portuaria. Se rehabilitó y renació como un barrio exclusivo y lujoso. Caminamos a lo largo de los diques, admirando las viejas grúas que quedan, como una exposición al aire libre. Cruzamos por el puente giratorio de Calatrava y vimos la puesta de sol.
En uno de los edificios portuarios reformados está el famoso restaurante “Siga la vaca” en el que puedes comer toda la carne que quieras a la parrilla, por un precio fijo. Cenamos allí.

-Ana y Luis-

Cielo
Desde los diques del reformado barrio de Puerto Madero se puede disfrutar de un atardecer amplio, pausado y placentero. El cielo veraniego cuenta con algunas nubes altas, esparcidas formando ordenados rebaños multitudinarios de pequeños borregos, anaranjadas por un lado y oscurecidas por el otro, dibujadas contra un azul limpio y cada vez más profundo. El sol cae con suavidad por detrás del perfil recortable de los altos edificios, de los bajos edificios, de los edificios importantes, de los edificios por los que nadie pregunta, de los edificios que desaparecieron y de los edificios que aún nadie ha construido.

-Luis-

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