Curitiba, Brasil
Después de toda la noche viajando (12 horas), llegamos a Curitiba a las 8:30 de la maniana. Nos costó mucho tiempo encontrar alojamiento, pues precisamente esta semana hay un congreso de enfermería en la ciudad. Conseguimos uno un poco cutre, pero en el centro, al lado de la plaza de la catedral.
En Brasil, aún en los hoteles más baratos, ofrecen un excelente "café da manhá" tipo buffet con panes, frutas, fiambres, bizcochos, café, etc. Es un buen comienzo de día y un atentado contra Diamond y su Antidieta.
Nos dimos una eléctrica ducha caliente y nos fuimos a recorrer las calles de esta, según la guía, ciudad colonial. Es un poco raro, pues no parece que estemos en Brasil. Recuerda a alguna ciudad del este de Europa.
Cenamos en una plaza detrás de la Catedral que estaba llena de bares antiguos con terrazas de madera abarrotadas de gente bebiendo cerveza.
-Ana-
PRIMERA POESÍA EN MUCHO TIEMPO
Después de pensar unas horas en la belleza y en lo que queda en el mucho cuando ésta nos abandona, me he puesto redondo.
Me he puesto tan redondo que preferiría mil veces volver a estar triste.
-Luis-
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