Después del desayuno nos preparamos para el descenso en bicicleta. Nos pusimos el equipo, escogimos bici y en marcha. Fue bonito porque, salvo los australianos un poco autistas, los cinco españoles que lo hicimos nos lo tomamos con mucha calma. Vimos mariposas, hicimos fotos, reimos. El único que llegó a Pilcopata, que era nuestro objetivo, fue Ramón. Le preparamos una llegada a la meta con aplauso y todo. Después nos cambiamos de ropa, nos pusimos el bañador y nos fuimos a hacer rafting. Tengo que hacer una mención sobre el guía del rafting que era guapísimo y a todas nos encandiló. Nos lo pasamos genial. Gritamos, reimos, cantamos. Ibamos en una lancha los españoles y en otra los demás, así que fue una lucha para dejar el pabellón nacional bien alto. Paramos en una orilla donde había una roca muy alta y desde allí se tiró Luis al río y nadando contra corriente llegó a la lancha. Sandra se tiró también y con ella hubo que hacer una maniobra de rescate (sospechamos que para que Carlos, el guía, la salvara).
Llegamos a Atalaya, de ahí tomamos una barca y nos fuimos al refugio.
Comimos y nos relajamos. El refugio está a la orilla del río y es un lugar idílico.
Por la tarde dimos un gran paseo por la selva con telescopio y prismáticos para obsevar aves. Se hizo de noche y vimos los ojos de los caimanes en el rio.
Volvimos y cenamos riéndonos muchísimo con el grupo de españoles. Por último, tertulia nocturna.
-Ana-
Lo visto
Halcón, "jugueteando" con un pajarillo.
Mono ardilla.
Caimán, presunto flotador con canica pegada.
Gavilán, cerca de su nido.
Tucán.
Guacamayo.
Atrapamoscas.
Oropendola y oropendola amázonica.
Monjita.
Palo Santo, árbol que vive en simbiosis con la hormiga de fuego.
-Luis-
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