El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

LXIX (27/10/07) Manu, PE

Manu, Perú
Salimos para la selva. Cuatro españoles más, dos australianos, dos holandeses, el guía y el conductor formamos esta expedición.
El viaje fue largo pero muy entretenido. Las dos españolas parecen muy divertidas y la otra pareja de españoles, muy agradables.
Paramos a ver chullpas (enterramientos de los incas) y una vez en dentro de la reserva hicimos andando parte del camino, hasta llegar al refugio. Fuimos observando la vegetación propia del bosque de nubes, las aves, las mariposas, etc...Observamos a los gallitos de las rocas (ave nacional del Perú) en danza de apareamiento, desde una plataforma oculta en los árboles. Es un pajaro rarísimo con una cabeza muy grande y un color rojo vivo sorprendente.
Durante la cena hablamos y reimos mucho. Después seguimos la tertulia hasta que nos quedamos sin luz.
Tenemos suerte de que en el grupo haya españoles es un descanso poder charlar y compartir experiencias.
-Ana-

Parada para comer
El lugar es una típica casa de madera sin otro mueble que una pequeña mesa y un par de bancos corridos (uno de ellos cojo). Pertenece, por lo visto, a un anciano que vive un poco más abajo con su perro. Sube a curiosear. Camina con dificultad, apoyando las manos cruzadas en la espalda, inclinado en extremo hacia delante. Lleva un gorro-sombrero sin forma y su cara es cuero viejo arrugado, inexpresivo por el exceso de líneas de expresión. Lo saludo en castellano y me contesta; con el guía habla en quechua. Le dejan una hogaza plana de pan y lo que sobra de la coca-cola con la que comemos.
-Luis-

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