El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

C (27/11/07) San Salvador de Jujuy, AR

San Pedro de Atacama, Chile-San Salvador de Jujuy, Argentina
A las diez de la mañana cogimos un autobús a San Salvador de Jujuy, en Argentina. Fue un viaje de nueve horas pero no se hizo nada pesado porque el paisaje era precioso. Cruzamos la cordillera y fuimos por el altiplano y luego por la quebrada de Humahuaca.
En el bus sólo íbamos turistas, pues es bastante caro, pero la ventaja es que las ventanas eran panorámicas, así que se veía todo como en una pantalla de cine. Cuando llegamos a San Salvador de Jujuy no encontramos cajero ni a nadie que nos cambiara pesos chilenos por pesos argentinos, así que no pudimos tomar un taxi para ir al hostal. Caminamos como doce cuadras cargados con las mochilas.
Salimos a conocer la ciudad y a buscar un cajero. Ya era de noche cuando tomamos la calle Alvear y nos asalta un joven diciendo que es policía (nos enseñó su placa y su carnet). Nos dice que tenemos que colaborar como testigos en el registro de unas personas y que lo acompañemos. Le digo que no, gracias, que no queremos, que somos turistas. Él dice que no podemos negarnos y que nos puede llevar a la comisaría y detenernos si no queremos colaborar. Nosotros, que ya no nos fiamos de nadie y menos que diga que es policía, le decimos que nos lleve a la comisaría a hablar con otro policía. Nos lleva y otro, mayor y más coherente, nos explica que la ley les obliga a realizar registros con testigos. Nosotros le insistimos que somos turistas y que sería mejor que lo hicieran con un ciudadano argentino. Él asiente, se disculpa y nos deja ir. Otra anécdota "policial" para la colección.
Seguimos nuestro paseo y nos sentamos a cenar en una terraza de una calle peatonal que nos recuerda mucho a España. Son casi las once de la noche y la gente está por la calle comprando, tomando algo, es una ciudad con mucha vida.
-Ana-

Trayecto
Vemos en primer lugar y en primer plano el volcán Licancabur y su hermano elevándose desde un lecho amarillo de ichu, a 4500 m.s.n.m. Cruzamos, de oeste a este, todo el altiplano: zonas húmedas en las que una hierba baja y dura crece y las llamas pastan con tranquilidad; salinas de diferentes tamaños (la carretera cruza la mayor de ellas y se pueden ver los camiones y los trabajadores blancos de sal); pequeñas poblaciones, muchas de ellas abandonadas con las casas de piedra sin tejado, semiderruidas.
Cuando llegábamos ya a la parte oriental de la cordillera las nubes que venían de la zona baja, empujadas por vientos cálidos, se amontonaban para tratar de pasar al otro lado. Algunas, algo deshilachadas, como asomadas por encima de una barandilla, lo conseguían.
Después comenzamos a bajar un zig-zag interminable que los locales llaman la Cuesta de Lipán. Desde la parte de abajo comienzan a verse las quebradas. Montañas de material arcilloso y pedregoso que se deslavan y erosionan con las lluvias, dejando al descubierto sólo la esencia, el esqueleto. Forman paisajes estilizados y extraños, como si fueran decorados superpuestos realizados por un obsesivo dibujante.
Pasamos por Purmamarca y entramos en la quebrada de Humahuaca, mucho más colorida pero igual de erosionada, agrietada, efímera. El rio Grande posee un cauce gigantesco, a pesar de que él, en esta época, apenas tiene dos metros de ancho.
Al continuar descendiendo nos encontramos con montañas más dóciles, que permiten que los verdes pastos y los oscuros árboles trepen sobre ellas y las cubran.
Finalmente alcanzamos la zona del valle, fértil, verde, blanda, poblada, fácil en la que se encuentra la ciudad de San Salvador de Jujuy.
-Luis-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Parece que la policia ya sea falsa, ya verdadera, la tiene tomada con vosotros.Menos mal que en esta ocasión salisteis bienparados.Vais aprendiendo Dori