El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

CXLV (14/01/08) Colonia del Sacramento, UY

Tigre, Argentina - Colonia del Sacramento, Uruguay
El ferry no era tal, sino una barca grande con capacidad para cincuenta personas. Embarcamos después de pasar el control de inmigración, pues cuando tomáramos tierra de nuevo ya estaríamos en Uruguay. Ya en la barca oímos unos gritos: una señora se había caído al agua. Todavía no entiendo como pasó, el caso es que se retrasó la salida hasta la llegada del médico. Todos nos llevamos un gran susto.
El trayecto duró casi cuatro horas por varios canales del delta hasta llegar a Nueva Palmira. Después de pasar la aduana un autobús nos llevó a Colonia por una ruta sin desperdicio. A Luis le recordó a León en verano: llano, verde y dorado por los trigales recién segados y planteles de árboles.
Llegamos a Colonia y compramos el billete a Montevideo para ese día a última hora de la tarde. Esta pequeña ciudad, fundada en 1680, fue por algún tiempo colonia portuguesa. Bordeada por el Río de la Plata y por una antigua muralla, conseva las calles adoquinadas y las casas coloniales. Es un sitio perfecto para pasar unos días tranquilos sin nada que hacer. El lugar escogido por argentinos y uruguayos en sus vacaciones. Nos impactó una leyenda que cuenta que un heredero de la corona inglesa, Miguel Hines (creo que hijo de alguno de los enriques), renunció al reinado para quedarse a vivir aquí.
Ya cansados de caminar tomamos el autobús a Montevideo. De la estación fuimos en un autobús urbano a la calle del hostal, con bastante mala pinta. En contraposición, el alojamiento es el mejor en el que hemos estado.
-Ana-

Colonia
La parte visitable de Colonia del Sacramento junta apenas unas calles, casi todas ellas adoquinadas. Conserva parte de su muralla y un puñado de edificios históricos, aunque nada de eso puede compararse con la belleza callada y añosa de la pequeña Calle de los Suspiros. Su empedrado original (colocado en pico y con un desagüe central) y sus casitas del siglo XVIII, de planta baja y gruesos muros, de pequeñas ventanas y frescos patios, hacen de ella una auténtica máquina del tiempo de la que estaría maravillado hasta H. G. Wells.
El faro, inmaculadamente blanco, se levanta desde el centro del casco viejo, desde las mismas ruinas de un convento de monjas. Otro de los grandes encantos de la ciudadela son los faroles amarillos. Nos imaginamos que su cálida luz debe dar un aspecto aún más nostálgico y estático a la ya de por sí parada atmósfera del lugar.
Las vistas, desde casi cada punto, del Río de la Plata, semiturbio y semiagitado, semirío y semimar, multiplican la luminosidad de las calles y el sabor exótico, pirata, recóndito, acogedor, aventurero y romántico de Colonia del Sacramento.
-Luis-

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