Viajamos a Puerto Natales, Chile, otra vez. El recorrido por Argentina y Chile es en zig zag, cruzando varias veces los países. Nos llevaría más tiempo recorrer los dos de norte a sur. Llegamos a la una. Teníamos bastantes cosas que atar, como el viaje en barco, la cena de Nochevieja, etc. pero como era víspera de fiesta casi todo estaba cerrado. Buscamos un sitio para cenar y no fue fácil, pues todos estaban reservados. Conseguimos una mesa en un restaurante con un menú apetecible. Pasamos unas horas en internet felicitando el año a la familia. Con todo el ajetreo olvidamos la comida, así que entramos a un café y nos comimos una empanada, no demasiado, pues nos queremos reservar para la cena. Regresamos al hotel, descansamos y nos preparamos para salir.
El restaurante era pequeño y no tenía mucha gente, pero poco a poco se fue llenando y tomando más color. Cenamos muy rico y nos reímos mucho con las fotos que nos hicimos a nosotros mismos (también por el vino). Cuando dieron las doce, la gente se levantó y se abrazaron unos a otros. Todos pasaron por nuestra mesa y nos abrazaron también con un sentimiento muy sincero al que respondimos agradecidos. Fue entrañable. Estábamos solos pero lo pasamos bien.
-Ana-
Abrazos
Estábamos a doce mil kilómetros de casa, tratando de ignorarlo y haciendo de esa noche última del año un constructo que pudiera permanecer entre los almohadones calefactados de nuestras memorias por largos años. Conocíamos la dificultad de la tarea, pero le dábamos de lado a nuestro conocimiento y a nuestro destino. Actuábamos lo más ingenuamente que podíamos.
Unos brasileños comenzaron a abrazarse entre ellos, al poco rato de entrado el nuevo año. El vino hizo que su entusiasmo se desplazase como un virus a otras mesas del restaurante. Ellos eran los felices portadores del virus.
Los abrazamos con emoción y franqueza y en ese momento nos apenaba un poco el hecho de no conocerlos algo mejor para poder disfrutar ese acercamiento humano lleno de una magia que tantas veces nuestro individualismo enfermizo borra.
Un sencillo abrazo hará sin duda que esa noche permanezca en nuestro recuerdo; así de fácil y así de complicado.
-Luis-
No hay comentarios:
Publicar un comentario