El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

XXV (13/09/07) Corumbá, BR

Corumbá, Brasil
Nuestro objetivo de hoy es comprar el billete de tren a Santa Cruz, Bolivia. También es conocido como "Tren de la muerte", llamado así por circunstancias varias de otros tiempos y no por los accidentes. Aunque, según la guía, el peligro que corres es que sabes cuando sales, pero no cuando llegas. Puede haber retrasos, en la época húmeda, de días enteros.
Vamos a la oficina de turismo y nos remiten a una agencia de viajes, o sea, no tienen ni idea. En la agencia de viajes nos venden los pasajes de tren a más del doble de su valor y nos ofrecen un tour al Pantanal muy apetecible. Decidimos contratar el tour, aunque es caro, y ahorrar dinero yendo nosotros mismos a comprar los billetes.
Bus a la frontera. De la frontera, taxi a la estación. En la ventanilla no se puede pagar con reales ni con VISA y sólo quedan billetes para la clase semi-cutre. Lo compramos.
Volvemos a Corumbá. Después de dos horas en autobús hacia el Pantanal, nos espera un jeep para llevarnos a las cabañas. El paseo fue de lo más interesante. Se veían caimanes en todas las charcas y todo tipo de árboles y pájaros. Cuando llegamos nos encontramos con un sitio extraño, pero con mucho encanto. Una construcción elevada sobre columnas de madera (en época de lluvias se queda todo cubierto por el agua) frente al río. Caballos, perros, un capivara y cientos de aves. Vamos a nuestro cuarto (básico, pero es lo de menos en este paraje), dejamos el equipaje y nos unimos a la gente que, desde la terraza-corredor, disfruta del atardecer, entre ellos un español muy agradable.
Cenamos en un comedor todos juntos y el guía nos explica la excursión del día siguiente: una caminata por el Pantanal. Después de la cena paseamos con el guía por los alrededores buscando los ojos brillantes de los caimanes en el río y los de las arañas en los árboles.
-Ana-

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