El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

LIV (12/10/07) La Paz, BO

La Paz, Bolivia
Hoy volví a poner a prueba mi cuerpo y mi mente. Hicimos 63 kilómetros en bici, cuesta abajo, de 4700 a 1350 metros sobre el nivel del mar, por la "carretera de la muerte".
Esta carretera une La Cumbre con Yolosa, cerca de Coroico, un pueblo ubicado estratégicamente entre monañas.
Los primeros 20 km fueron por carrtera asfaltada a una velocidad supersónica con las montañas de fondo. La segunda parte es ya la llamada "carretera de la muerte". Aquí ha muerto mucha gente (tanto haciendo biking como transitando en coche o camión), porque hasta hace siete meses era paso de camiones, lo que hacía realmente peligroso el paseo.
Nosotros nos cruzamos con algún coche y con un microbús.
Para mí fue realmente un reto pues nunca había ido en bici por un camino así y a esa velocidad. Lleno de piedras, baches, charcos, riachuelos, acabé con agujetas en casi todos los músculos de mi cuerpo. El paisaje, cuando me atreví a desviar la vista del camino, era fabuloso, verde, montañoso con pequeños caminos serpenteantes. El lugar era muy bonito, pero no pude disfrutarlo en todo su esplendor debido a mi culo, es decir, al dolor en mi culo traqueteado.
Llegamos y yo logré acabar sana y salva y sin caídas. Comimos y descansamos en un hotel con vistas a las montañas. Llegó el momento del regreso. Cuando llevábamos una hora, comenzó a salir humo de debajo del asiento del conductor. Parece que se le olvidó tapar el agua del radiador y ésta se evaporó. Estuvimos una hora parados en medio de la nada, empujando varias veces la camioneta hasta que logramos ponernos en marcha, aunque durante el resto del viaje se le apagó el motor como veinte veces. Yo ya estaba viéndonos dormir en alguna casa perdida.
Cenamos y a relajar los cuerpos en la cama.
-Ana-

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