El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

LIX (17/10/07) Puno, PE

Isla del Sol, Bolivia - Puno, Perú
Nos vamos de la Isla del Sol con toda nuestra pena. Desayunamos en el hotelito con vistas al lago. Cuando bajábamos el camino de piedras empinado, nos llamo mucho la atención un turista que bajaba en silla de ruedas. Sorteando los baches y escalones, se acabó cayendo y alguien que le estaba ayudando al final lo bajó a caballito. Me impresiona que no se le ponga nada por delante. Está viajando solo por países en donde las barreras arquitectónicas son insalvables y aún así, las veces que nos lo encontramos (que han sido varias), se le ve feliz y disfrutando. Es admirable.
Nos vamos en barca a Copacabana y de ahí en bus a Puno, en la parte peruana del lago.
Puno es una ciudad grande que aunque tiene mucho en común con la parte boliviana (las vestimentas de las mujeres, los rasgos físicos, el acento), se ve muy diferente. La gente es mucho más amable y los servicios de mayor calidad.
Ocupamos la tarde para averiguar qué hacer y conocer la ciudad. Nos tomamos un mate en la Casa del Corregidor, un cafe muy acogedor. Cenamos en un restaurante con chimenea, cosa que agradecí, pues la verdad es que estoy pasando un frío terrible desde Potosí.
-Ana-


Fin de fiesta (foto perdida)
Al igual que en los pueblos españoles (y de medio mundo, creo), las fiestas vienen adornadas por guirnaldas de papel que saltan de casa en casa, de tejado en tejado. El pequeño pueblo está alejado unos cien metros de la carretera. El colorido de las guirnaldas, arriba, se completa con el de la ropa de las mujeres, abajo. Toda una multitud se distingue entre las calles, sentados junto a las casas, llenando la plaza.
Son las tres de la tarde y los músicos caminan desperdigados por el descampado verde que hay entre el pueblo y la carretera. Su trabajo ha terminado y deben tomar el autobús de regreso. Todos van trajeados y usan sombrero de ala, por lo general, un poco ladeado. Bajo sus brazos cuelgan las tubas, los trombones de varas, las trompetas, los tambores; descansan, sin fundas, en posiciones cómodas, expertas. Conversan, miran al suelo; como si fueran una patrulla militar en avanzadilla en busca de minas o algo similar, caminan repartidos en pequeños grupos de dos o tres.
-Luis-

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