El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

LXXXIV (11/11/07) Huaraz, PE

Huaraz, Perú
Vamos al Nevado Pastoruri. Como no hay otra forma de llegar, tenemos que ir con un tour. Este nevado está en la Cordillera Blanca, a 5400 metros sobre el nivel del mar. Nos fueron enseñando algunas cosas interesantes por el camino. Vimos una pequeña fuente de aguas gasificadas, pinturas rupestres bastante maltratadas y un tipo de planta que vive 50 años y florece una vez en su vida (18000 flores y tres millones de semillas). Esta planta llega a medir 15 metros.
Llegamos, antes que la tormenta, a la subida del Pastoruri. Había que subir a pie como una hora, yo para no cansarme demasiado (por el mal de altura sobre todo) el primer tramo lo hice a caballo. Los lugareños te suben a sus caballos y te llevan trotando. Era mi primera vez y me gustó, aunque me acompañó todo el rato el temor de que se desbocara en cualquier momento. Dejé el caballo y me reuní con Luis, que subió andando. Muy despacito fuimos subiendo. La gente bajaba descompuesta. Había cargadores que te podían llevar a borriquito por unos soles, pero mi dignidad me impidió subirme a uno de ellos. Llegué arriba un poco mareada y sin aire, pero entera.
El glaciar era precioso, con cuevas donde el hielo se volvía de color azul, mereció la pena el esfuerzo.
El mareo y el dolor de cabeza me duró todo el día, Luis como una rosa.
Bajamos, comimos tarde en un restaurante de camino y el día no dio para mucho más.
-Ana-


Cargadores
Al comienzo de la ascensión al Pastoruri se puede ver un cartel pintado a mano que anuncia las tarifas establecidas por los cargadores. Niños, mitad que adultos.
Subes, poco a poco, para no forzar mucho la patata, que ya baila desaforada sólo con pestañear. Estamos a cinco mil metros. Ves como muchos de los que bajan lo hacen apoyados en sus compañeros, con náuseas y dolor de cabeza. Oyes las quejas, los suspiros, las frases entrecortadas por la respiración demasiado agitada. Adelantamos a los que creen no poder más, que se sientan en cualquier roca cogelada para recobrar fuerzas.
En medio de ese ejército de heridos por la altura, como buitres olfateando la debilidad, oyes repedida mil veces la pregunta "¿La cargamos, señorita?"
-Luis-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como te pille un temblor de tierra bajo tanto hielo... te quedas cubito.
César

Ana y Luis dijo...

Te voy a ser sincero: en realidad se trata de un decorado de plástico. Si te fijas bien, se ven las manos de los dos hombres que lo sujetan, incluso se puede ver también la sombra de uno de ellos, el más bajito, y distinguir al trasluz los colores de la camiseta del Barsa que lleva.
Y por los temblores, no preocuparse, que estamos en Torredembarra. A través de internet nos enteramos de las cosillas que nos gustaría ver y luego nos inventamos lo que hemos hecho cada día. Sale más barato y los recuerdos, al final, son casi iguales. Las fotos dan un poco de trabajo, pero ya ves, tenemos un par de ayudantes-decoradores que se lo curran bien. Estupendo, a veces.
Besos desde aquí, a tí y a tus dos señoras.