Antes de irnos a Nazca visitamos un viñedo artesanal. Después de que los españoles trajeran las viñas en esta zona, crecieron el número de plantaciones dedicadas a este cultivo. Hacen varios tipos de vinos y de pisco (el orujo nacional).
Nos explicaron todo el proceso de elaboración de los distintos alcoholes y degustamos varios de ellos.
Llegamos a Nazca después de dos horas de autobús. En la estación nos esperaba Pepe Ortega, amigo del señor del hotel de Pisco, para acompañarnos y ofrecernos un precio muy asequible por el sobrevuelo en avioneta de las lineas. Llegamos a un buen acuerdo, incluso nos llevó a un hotel y negoció por nosotros el precio de la noche.
El resto del día lo utilizamos en pasear, escribir y cenar en un balcón de la plaza de Armas.
-Ana-
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