Uno de los atractivos de la provincia de Arequipa es el Cañón del Colca. Éste es el segundo cañón más profundo del mundo. Por un camino de paisajes cambiantes y con música tradicional de la región, llegamos a Cabanaconde, donde hay varios miradores para poder ver pasar los cóndores a la altura de tus ojos. Las mujeres aquí van vestidas con su traje tradicional, que es el más bonito que hemos visto hasta ahora: Falda larga, sobrefalda, chaleco y gorro, todo ello decorado con bonitos bordados.
Cabanaconde no es un sitio muy turístico: aunque llega bastante gente a ver el vuelo de las aves, no todos se quedan a dormir. Nosotros nos quedamos una noche en un albergue de pueblo. Comimos en el restaurante de los mismos dueños un menú a base de sopita y carne de alpaca.
Después de comer dimos un paseo, salimos del pueblo y llegamos a un mirador cruzando entre campos de cultivo. Estuvimos varias horas observando el cañón. La distancia al río es de 1200 metros, por lo que la visión es impresionante. Nos acomodamos con la esperanza de ver pasar algún cóndor. Cuando yo ya estaba aburrida y renegando, apareció uno. Vuelan aprovechando las corrientes de aire, así que van planeando tranquilos. Pareciera que simplemente vuelan por placer. Pronto se unió otro mayor que volaba más alto. Estuvieron varios minutos yendo y viniendo, paseándose ante nuestros ojos, muy cerca. Una sensación muy relajante, su vuelo nos transmitía una paz inmensa. Estábamos sólos y había un silencio mágico. Fue fascinante. Nos fuimos satisfechos.
Como en el pueblo la oferta de restaurantes es muy escasa, volvemos al mismo en el que comimos. Iluminados por velas y al calor de una chimenea, volvimos a cenar la sopa de la comida.
-Ana-
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