El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

CXIV (12/12/07) Santiago de Chile, CH

Santiago de Chile, Chile

Hace un día maravilloso, así que nos vamos al Cerro Santa Lucía, donde hay un parque y vistas de todo Santiago. Vamos caminando atravesando el centro. Subimos al mirador más alto y vemos los andes borrosos por la neblina o la contaminación. Bajamos paseando y tomamos un metro para ir a Patronato (una zona de tiendas de ropa barata). Resultó ser un montón de puestos de chinos. Me compré alguna cosa necesaria, la ropa puesta durante cuatro meses una y otra vez se va destrozando. Comemos en una terraza un simple menú y nos vamos a visitar "La Chascona", una de las tres casas de Neruda.

No es una casa convencional. Está integrada en un cerro y contruida por módulos, en tiempos diferentes. Muchos objetos y recuerdos de viajes y una decoración muy personal. Nos gustó mucho y nos inspiró para decorar nuestra casa.

-Ana-

Lejanos Andes
El día está soleado y hace bastante calor. Santiago de Chile puede resultar asfixiante y eso que no hemos llegado aún al verano-verano.
Desde lo alto del Cerro de Santa Lucía, sobre el centro de la capital, la vista es lintad, dentro de su urbanidad.
Bien altos, sobre el horizonte rectanguleado por los edificios, acechando o vigilando -quién sabe- como un felino se aprecian, muy tenue y blandamente, las nieves de los andes. Detrás de una neblina de pura contaminación y calor, clarea con dificultad e imprecisión el bello perfil de las montañas.
Sólo adivinas lo que es después de entornar un buen rato los ojos. En ese momento, la misma revelación te deja sin aire. Y no te apetece volver a inspirar.
-Luis-

No hay comentarios: