El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

CXVIII (16/12/07) Villarrica, CH

Villarrica, Chile
Luis se fue muy temprano con un grupo a subir el volcán Villarrica. Son seis horas de caminata sobre la nieve. Yo preferí quedarme sin. Por una vez no madrugué, desayuné con calma, me fumé un cigarro en el jardín. Me volví a tirar en la cama a leer un rato. Me hace ilusión hacer las camas, después de tanto tiempo. Me preparé unos sándwiches y me fui a dar un paseo. Era domingo y lo que hice fue dominguear con la tranquilidad del que sabe que no tiene otra cosa que hacer. Aterricé en la playa. Me fui a una parte solitaria con el lago en frente y el volcán de fondo. Me acordé de Luis.
Después de estar un rato en Internet tomé un bus para Pucón, donde me encontraría con Luis. El viaje, de una hora, bordea la parte sur del lago que comparten ambos pueblos.
Pucón es pequeño y turístico pero muy bonito. Recuerda los lugares de esquí en España. Luis y yo nos encontramos en la calle y nos abrazamos como si hiciera meses que no nos veíamos. Paseamos por Pucón y estuvimos un rato sentados en la playa de arena volcánica negra.
Tomamos una cerveza contándonos las experiencias mutuas. Desgraciadamente Luis no pudo ver la lava que le hacía tanta ilusión porque estaba muy baja.
Cenamos trucha otra vez. En esta ocasión, con pasta.
-Ana-


Fui bueno
Mi objetivo al subir el Villarrica era tratar de ver lava. Cumplí todos los requisitos previos y todos los pasos del ritual con ortodoxia. Caminé durante tres o cuatro horas sobre el hielos de su glaciar, sobre los restos de nieve invernal y sobre la arena negra de su cono. No insulté a nadie, fui bueno. Recorrí los bordes escarpados y porosos de su enorme cráter. Respiré durante veinte minutos el humo sulfuroso y asfixiante. No golpeé a nadie, fui bueno.
Pero el volcán sólo me respondió con eructos y gurgutos. La lava estaba más abajo, demasiado abajo. El ruido de su ebullición era impresionante, con explosiones amenazadoras casi continuas. Dicen que un sacrificio humano hace que el león caliente de sus fauces se despierte. No empujé a nadie, fui bueno.
-Luis-


Playa negra
El lecho sobre el que descansa el hermoso y fotogénico lago Villarrica es de origen volcánico. Pucón, situado en la orilla este de dicho lago, junto al volcán que lleva el mismo nombre, tiene una peculiar playa de arena negra.
El día es caluroso y cuesta algo de esfuerzo sentarse en ella a descansar. No hay sombras. Como es domingo está inundada de color. El color de los trajes de baño, de las toallas y de las sombrillas. Los puntitos, alegres, se pierden de vista al final de la playa.
El sol está acabando de caerse, aunque aún cuelga lo suficientemente arriba como para obligar al lago a refulgir y rebotarnos la luz en la cara.
-Luis-

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