El 21 de Agosto de 2007 empezamos un viaje para recorrer algunos países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Hemos creado esta bitácora para ir anotando las cosas que pasan a espectadores como usté.
Habrá dos territorios separados: uno lleno de lo que Ana haya visto y el otro no.

Que lo sepas...

“Durante mucho tiempo estuve pensando que la vida, la vida de verdad, estaba aún por empezar. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que debía solucionarse en primer lugar, algún asunto inacabado, ocupaciones, deudas por pagar. Finalmente me di cuenta de que todos esos obstáculos eran mi vida. Esta forma de ver las cosas me ha enseniado que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino. Así que valora cada momento que vivas y recuerda que el tiempo no espera por nadie. La felicidad es un viaje, no un destino." (Souza)

CXX (18/12/07) Valdivia, CH

Villarrica-Valdivia, Chile
Abandonamos la casita de chocolate y nos vamos a Valdivia. Llegamos a las once de la mañana y nos fue a buscar la señora-señor del hostal. Dejamos nuestras cosas y fuimos a la costanera, como llaman aquí al paseo fluvial. Caminamos a lo largo de todo él hasta llegar al embarcadero de las lanchas de paseo. La ciudad está situada en la confluencia de dos ríos que al unirse forman el gran río Valdivia. En el embarcadero se pueden ver leones marinos en estado salvaje.
Nos informamos de los posibles recorridos en barco y tomamos uno que llega al pueblo de Punucapa pasando por el Santuario de la Naturaleza.
Harta vegetación, harta belleza. Pudimos observar cisnes de cuello negro en época de apareamiento y muchas otras aves.
Las construcciones a la vera del río eran de tipo alemán, como en toda la zona, pues hubo mucha inmigración de ese país después de la Segunda Guerra Mundial.
El pueblito al que llegamos era muy tranquilo, con pocas y espaciadas casas y una iglesia de madera del S. XIX. No había plaza sino una extensión verde a su alrededor con árboles centenarios. El más viejo, un ciprés de 400 años, está cargado de energía positiva. Me abracé a él para ver si se me pegaba un poco.
Regresamos por el río, gran parte del cual se formó a partir del terremoto que Valdivia sufrió en 1960 y que inundó numerosos terrenos de cultivo. Fue el terremoto registrado de mayor magnitud de la historia de la humanidad.
Paseamos por el centro, hicimos alguna compra y ayudamos a un viejín que se cayó al subirse al autobús.
Hicimos una parrillada de ricas verduras chilenas y la comimos en el jardín del hostal.
-Ana-


Costanera
La historia de Valdivia la atajó un terremoto, el más violento que se haya registrado nunca, en 1960. Desde ahí, como la cola cortada de un lagarto, tuvo que volver a crecer. Casas nuevas, cosas nuevas y gente neuva.
El damero central de la ciudad no va más allá de una amplia curva que dibuja el río Calle-Calle antes de sumar su fuerza a la del río Cruces para formar el breve Valdivia. Recorriendo esa elegante curva paseamos por la costanera. Ordenada, limpia, arbolada, verde, ancha y agradable. Al otro lado del encauzado río están los astilleros y algunos barcos, recién completado su puzle, esperan las manos que los guíen, esperan también sus ojos.
Más allá llegan el puente a la Isla Teja, donde el campus universitario se ensancha a su gusto, y el muelle fluvial, en el que descansan pequeñas embarcaciones destinadas a paseos turísticos. También se puede ver un precioso barco de principios de siglo, fabricado en hierro y madera que funciona con leña. Los lobos marinos trepan misteriosamente a las plataformas flotantes y, alguno más atrevido, más territorial, se anima a dar un paseo por el muelle, seguido de por una estela de turistas como si fuera la princesa de alguna rancia monarquía europea con su recua de fotógrafos. Se tienden a tomar el sol. Los machos en los mejores lugares y las hembras rodeándolos, apoyadas en ellos, que tienen malas pulgas y siempre acaban por rugir y echarlas al agua con un gesto de excesivo poder. Junto al muelle, la carpa y la plataforma del mercado para pescado y verduras, que aglomera a gaviotas y buitres aún cuando éste ha terminado hace horas.
-Luis-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola chicos,
ya veo que no soy el único impaciente, pues en vuestro blog el día 16 está repetido. Por cierto, ¿a qué se deberá que me resulta tan familiar lo del monstruo que surge tras tres horas de caminata y solo maldice e insulta?. ¡Animo Luis yo te comprendo!. Si me lo permitis, y dado en os encontrais en una zona que conozco, os recomiendo que no os vayais de ahí sin visitar un bosque de araucarias. Se trata de un género de árboles, muy escaso ya sobre el planeta, que aparecieron en la era mesozoica. Son fósiles vivos, que hasta hace poco tiempo eran la base alimenticia de los indios Pehuenches. Que tengais un buen fin de año, yo brindo por vuestro viaje.
Joaquín

Anónimo dijo...

Hola chicos. Me alegro de que disfruteis tanto y que vayais encontrando nuevas aficiones , aunque ese monstruo que surge en Ana cada x horas igual cuendo vea que no pican las truchas , o que pican pocas se las come sin asar.
El que "fue bueno" no se si se ha parado a pensar que los demás tambien lo fueron porque sinó igual le hubiera tocado a él ser la victima propicia para el volcán. Asi que "fuisteis buenos".
Un abrazo muy fuerte y feliz 2008. Dori